lunes, 28 de diciembre de 2009

Hoy: Al otro lado de las montañas


Alguien dijo que había ciudades para soñar al otro lado de las montañas. No dijo si estaban suspendidas en el aire, sumergidas en las lagunas, o perdidas en el corazón del bosque. Los que allá fueron nada encontraron, ni altas torres ni jardines ni mujeres hilando en el atrio, ni un muchacho aprendiendo a tocar la gaita. Solo yo traje algo para seguir soñando algo visto y no visto en la niebla de la mañana, algo que era una flor o un mirlo de oro o un pie descalzo de mujer, un sueño de otro que se ponía a dormir en mi, echado en mis ojos, pidiéndome que lo soñase mas allá de las montañas, donde no hay ciudades para soñar. Y ahora mi oficio es soñar, y no se si soy yo quien sueño, o es que por mi sueñan campos, miradas azules, palomas que juegan con un niño, o una mano pequeña y fría que me acaricia el corazón...

Alvaro Cunqueiro